INQUIETOS
Hay situaciones en las que nos gustaría estar quietos. Tomarnos un espresso en dos tiempos descansando en un sillón orejero. Enjuagarnos el paladar con agua carbonatada. Llevarnos la taza a la nariz para inspirar su aroma. Darle un primer sorbo y cerrar los ojos. Viajar a través de sus matices y exclamar en silencio: ¡Somos felices! Llevamos intentándolo desde 1998, pero no sabemos estar quietos. Nuestro espíritu es inquieto y nos empuja a estar en continuo movimiento. En 2015 nuestra cabeza empezó a fantasear y la fantasía fue cogiendo cuerpo de proyecto. El 1 de agosto de 2017 levantamos el techo y dejamos la nave con el cielo descubierto. En 2018 ya estamos cubiertos. Gres cerámico, moqueta, cristal y acero. Lavadora, secadora, vestuario, duchas y lavadero para el plástico y el acero. El fin de obra ya se avista. Pero todavía queda por definir la guinda. Incluso el espíritu más inquieto tiene un hueco para un último secreto. ![]() |